domingo, 7 de noviembre de 2010

Bienvenido, Santidad

Y ahora nos visita el Papa. Bienvenido, Santidad. Aterrizó en Santiago de Compostela, dicen que rodeado de una intensa niebla y me recordó un despegue de ese aeropuerto hace años. La niebla estaba tan a ras de suelo que, cuando despegó el avión, sólo se veían las copas de los arboles de los bosques que lo rodean.

Y ha dicho muchas cosas. Entre otras, que el país necesita una reevangelización. ¡Vaya palabreja larga, verdad!
Es decir, que cada vez somos más anticlericales. Y es que cuando uno prueba las mieles de la libertad de expresión y de culto, no vuelve a la exclavitud de la doctrina eclesiástica, Santidad. Y es normal. La Iglesia ha sido siempre el artifice de que se produzcan muchos de los cambios en España. Unas veces por su conservadurismo y otras por todo lo contrario y sino comparemos a Vicente Enrique y Tarancón y el actual presidente de la conferencia episcopal Rouco Varela. En pocas palabras, Santidad, que el conservadurismo lleva al anticlericalismo. Si quiere evitarlo, cambie su discurso.

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